El Karma, y la Ley del Espíritu de Vida.


·       El Karma, y la Ley del Espíritu de Vida.

Por. Milton Alonso Granados.

Evangelio Eterno del Principio y Fin de los Siglos, Inc.

 

El karma (aparte del amor), es la enseñanza más cercana entre el cristianismo y todas las demás religiones.

En español se conoce también al Karma como Energía o causa de Destino.

El Karma, es la ley de la causa y el efecto, es la ley del equilibrio; también se le conoce como el espíritu de justicia.

No existe en todo el universo un efecto o resultado que no se haya generado o comenzado en una acción. Los árboles, el aire que respiramos y nosotros mismos somos el resultado de una acción.

El Karma, siendo energía es causa y efecto, y por tanto constituye la ley que rige la Vida. La Biblia establece en el Génesis este principio como la primer ley de género, semilla y multiplicación creada por Dios.

Produzca semilla según su género y según su naturaleza. Génesis. 1:11,12.

Nuestro Karma, o Energía de Destino, puede ser adquirido o heredado, pudiendo este ser generado en vidas pasadas y estar presente en nuestro ADN, o venir de personas alrededor nuestro o de nosotros mismos.

Es sabido que las buenas o malas decisiones de nuestros antepasados afectan nuestra situación presente. Esto se aplica a todos los ámbitos, pudiendo esto ser motivo de pobreza o de riqueza, una buena salud heredada o una mala. Es importante estar consciente de que no todo lo que sucede a nuestro alrededor tiene que ver con otros; muchas de las cosas que vivimos son consecuencia de nuestras buenas o malas acciones.

 

·       Conciencia de la energía y resultado de nuestros actos.

El Karma, energía también conocida como espíritu de equilibrio y justicia, es un poder invisible que trasciende el tiempo y el espacio. Es una energía que se genera a partir de los actos acumulados o continuos en las personas.

En este “espíritu de justicia o ley del Espíritu de Vida, nosotros somos receptores y catalizadores de toda la energía. Por esta razón no existe nadie más que podamos señalar o culpar por nuestros resultados. Somos responsables por la buena aplicación de la ley del Espíritu y equilibrio en nuestra vida.

Mateo 7.12-Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

El karma, destino o ley de vida, explica los dramas humanos como la reacción o consecuencia de las acciones buenas o malas realizadas en un pasado más o menos inmediato.

En esta ley: 1-Las acciones negativas generan sufrimiento y 2-Las positivas generan felicidad.

Desde este punto de vista, el sermón del Monte predicado por Jesús viene a ser el sermón del: “Monte del Gobierno o equilibrio de Dios,” porque en él, nos enseña a cancelar toda energía negativa.  Ejemplo: ponemos “la otra mejilla” o perdonamos para beneficio de nosotros mismos y no de los demás.

Mateo 5.39-Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

Las energías o actuaciones negativas que se acumulan no son castigo de Dios, sino algo que activamos nosotros mismos. Por ejemplo: Una persona que roba un banco, sino es atrapado querrá robarlo otra vez y lo seguirá haciendo hasta que obtenga el dolor que generan las consecuencias de su mal actuar.

 

Colosenses 3. 15-Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones.

El creyente solo experimentará el gobierno de Dios en su vida hasta cuando por seguir la paz haya encontrado equilibrio.

 El Karma o energía que acumulamos mediante acciones solo incrementa y apresura un resultado o reacción, sea este a favor o en contra nuestro.

El cambio verdadero es aquel que encontramos cuando por estar en control somos capaces de cambiar o cancelar la energía negativa acumulada mediante acciones positivas. Cuando logremos esto, entonces habremos alcanzado generar el equilibrio y balance que satisface la ley contenida en el “Espíritu de justicia o ley de Vida” que gobierna en esta vida y también en la venidera.

 

Romanos 8.2-Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

 

·       La Renuncia.

El apego al yo, sin verdadero entendimiento, es uno de los mayores castigos que podemos causarnos a nosotros mismos y a los demás.

Fue el amor al yo, que trajo la caída de Adán; centrar nuestra vida en la parte egoísta de nuestro ser puede ser una fuente constante de ansiedad y sobre todo muy perjudicial a nuestra felicidad.

Debemos de ser conscientes de nuestras acciones virtuosas y no virtuosas de modo que podamos activar en nosotros “la Renuncia.”

Renunciamos a aquellas cosas que por romper el equilibrio sabemos que a corto o largo plazo harán daño a otras personas o a nosotros mismos.

Cuando perdemos el dominio de nuestra vida nos volvemos causantes o responsables de generar energía negativa, desequilibrio o dolor.

 

·       La Disciplina del cambio.

 

Todo lo que el hombre sembrare, eso también segaráGálatas 6:7

 

Con nuestras acciones diarias creamos vacíos negativos o positivos. Por ser nosotros los únicos responsables debemos siempre culpar a otro “O sea a nosotros mismos.”

Lo que quiero decir con esto es que ya no vivimos en la carne, por lo que ya no nos juzgamos a nosotros mismos. Aunque no nos juzgamos a nosotros mismos según la ciencia de los hombres, sí tenemos la fe y la sabiduría dada por Dios para juzgar y corregir constantemente nuestras propias acciones.  

 

Gálatas 2.20-Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios.

1 Corintios 2. 16-Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.  

 

No hay nada que nos condene más que no querer abrir los ojos al Karma o “espíritu de justicia”. La ley de la vida nos enseña que todo lo que nos sucede es una lección, por lo que la culpa solo está en aquél que no quiere aprender.

La acumulación de energía o acciones positivas creará un espacio para el nacimiento de cosas buenas. De igual manera un continuo mal proceder solo creara un vacío mas grande en donde solo se generarán cosas malas.

 

·       El arrepentimiento racional o poder del remedio.

Arrepentimiento significa dar la vuelta o cambiar de dirección. Arrepentimiento no es lo mismo que el remordimiento o dolor que experimentamos cuando cosechamos una mala cosecha. Llevar una vida sin arrepentimiento es como estar envenenado y no darnos cuenta.

Cuando existe algo malo a nuestro alrededor es porque ya ha estado en nosotros. Todo lo que vemos de una u otra forma es un reflejo de lo que ya hay en nuestro interior. De manera que somos nosotros mismos los que creamos nuestro propio cielo o infierno.

En la ley de la vida no existe la mala o la buena suerte, tampoco existe la casualidad.

No podemos esperar resultados diferentes si seguimos haciendo los mismo. En este Universo no existe nada estático, todo lo que vemos y todo lo que existe a nuestro alrededor está sujeto al cambio. Podemos entonces tomar control de las circunstancias o ser arrastrados por las mismas.

Deuteronomio 28:13-Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas.

 Todo aquello en que nuestra mente se enfoca se expande y todo aquello que se expande genera una acción. Con nuestras acciones cambiamos constantemente nuestro mundo y el de todos los demás. Todo en la vida se encuentra interconectado.

Todo lo que se resiste, persiste y todo lo que combatimos se vuelve nuestro adversario. Todas las lecciones en la vida se repiten hasta que las aprendamos, la verdadera sabiduría no está en combatir, sino en transformar.  

 

·       El Poder de la Paz-ciencia.

Para poder hacer cambios en nuestro presente y futuro es necesario vivir constantemente el poder del aquí y ahora. No podemos permitir que la corriente de aquello que quedó atrás determine nuestro presente, por el contrario, con nuestro presente cambiaremos nuestro futuro y así el equilibrio o espíritu de justicia en todas las cosas.

1 Corintios 3.21-Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro: 22-sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23-y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios.

 

Debemos de aprender a observar nuestra mente y darle forma a nuestros pensamientos de tal manera que a través de pequeñas acciones comencemos a darle forma a la energía a nuestro alrededor. Gálatas 2:20

Por último, cultivar una mente positiva a través de los buenos pensamientos hará que nuestro cerebro genere los impulsos y químicos necesarios para vivir una vida de continua mejora y transformación.

2 Corintios 10.3-Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4-porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5-derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo

 

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Cristo Melquisedec, Señor de los Tiempos

 La Doctrina de los Ángeles y su Falso Culto

El misterio de la Creación. (Elohim, Jehová y el Cristo). 767

 

 


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