Significado del Número 6 en la Biblia. (666)




Por. Milton Alonso Granados
Ministerio del Evangelio Eterno del Principio y Fin de los Siglos.


Capítulo 2. Significado del número Seis en las Escrituras. 

                               6 

El número 6. 

El número Seis en las escrituras significa claramente imperfección y es todo lo contrario al número Siete. 

Por Ejemplo: 

 

  • El día Sexto, fue el día del hombre y su creación.  

 

Génesis 1.23Y fue la tarde y la mañana el día quinto. 26Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre... 

  

 

 

  • Día Sexto, día de pecado y transgresión. 

 

Génesis 3.17…maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18Espinos y cardos te producirá.  

 

En adelante el hombre dejaría su posición de señorío sobre la creación, para ser un empleado más, obligado a trabajar para poder subsistir. 

 

En un momento, aquel día de descanso, soleado y maravilloso en que vivía Adán, se tornó oscuro y desesperanzador; no solo el trabajo era obligatorio, sino que junto con el vendría el caos producido por el dolor tanto físico, como espiritual. 

 

Éxodo 23.12Seis días trabajarás, y al séptimo día reposarás. 

 

Fue aquí en medio de la debilidad y la postración del pecado que su divina gracia activó el sello divino para levantarnos del día de la muerte y llevarnos hasta el día de la perfección y gloria de sus lugares celestiales. 

Efesios 2. 1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados. 6y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús 

 

 

  • El 666. 

      Apocalipsis 13. 18Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis.  

El número seis es el número de hombre, puesto que fue en él que el hombre fue formado y también tropezó. El número de la Bestia es el 666, simbolizando el triple fracaso de la trinidad del mal.  Sin importar el nivel de autoridad que el hombre logre obtener, este solo alcanzará el propósito divino al salir del día de disciplina y formación para entrar al día de su recreo y eterna bendición. 

 

 

  • El Seis, símbolo de impureza e imperfección. 

 

Los Judíos de Cana tenían 6 tinajas de agua para la purificación que expresaban la insuficiencia del hombre y sus obras en el cumplimiento de la justicia de Dios.  (Mateo 15:2, Lucas 11:39; Marcos 7:3-4). 

 

Juan 2. 6Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 

 

Las prácticas judías en cuanto a las abluciones ceremoniales son cuidadosamente explicadas…el *Talmúd hace referencia a “mojar hasta la muñeca” como una *ablución menor; “Sumergir hasta la muñeca” como una ablución mayor. . .estas reglas eran ampliamente observadas y no tenían el propósito de limpiar desde un punto de vista higiénico, sino de remover la contaminación ceremonial….Hubo ocasiones en que los escribas dieron más valor a la tradición…prefiriendo, como muchos hacen hoy todavía, el ritual religioso a lo que es íntimamente moral y espiritual.  Nuevo Comentario Bíblico. CBP. PG.649.  

*Código civil y religioso, escrito por eruditos hebreos en donde se registra discusiones rabínicas sobre leyes, tradiciones y costumbres judías.  

 

Sin duda que el hombre y sus prácticas religiosas se tornan insuficientes cuando estas tienen su fundamento en los símbolos y las tradiciones que solo forman parte de las sombras de aquello que habría de venir, pero que en la fe ¡ya nos llegó!  

 

Hebreos 9. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 

Filipenses 3.12Sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. (BAD) 

 

  • Los Seis escalones al pecado. 

Al trono de gran sabio Salomón se llegaba únicamente a través de seis escalones por lo que “estando incompleto” no fue lo suficiente elevado como para alejarlo de la imperfección y de la idolatría.  I Reyes 10:18-20; I Reyes 11. 

 

I Reyes 10. 18Hizo también el rey un gran trono de marfil, el cual cubrió de oro purísimo. 19Seis gradas tenía el trono…20Estaban también doce leones puestos allí sobre las seis gradas, de un lado y de otro; en ningún otro reino se había hecho trono semejante.  

 

Nuestra confianza no debe estar puesta en lo temporal y pasajero; sino antes, en lo eterno y espiritual de lo que no se ve. Sin importar nuestra condición económica, nuestro bienes materiales o nuestras buenas obras, nada de esto será suficiente para alcanzar aquello que solo podemos recibir por su gracia. No debemos olvidar que solo en Cristo estamos verdaderamente completos y que apartados de él nada es permanente.  

 

Colosenses 2. 10y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad 

Juan 15. 5...el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 

  

  • Los Seis brazos del Candelero. 

El candelero de oro del Tabernáculo tenía seis brazos (símbolo de hombre) que se sostenían de un soporte central, sumando un total de siete, dándonos a entender de nuestra dependencia de Dios para alcanzar su luz y perfección. Además de este candelero formado de siete partes, había también siete lámparas.  

 

Éxodo 25. 32Y saldrán seis brazos de sus lados; tres brazos del candelero a un lado, y tres brazos al otro lado. 37Y le harás siete lamparillas, las cuales encenderás para que alumbren hacia adelante. 

  

 

  • Día de muerte y crucifixión. 

 

Fue también un día sexto en que el hombre una vez más tuerce el camino correcto al crucificar al dador de la vida, nuestro amado Salvador. ¡Salgamos pues, del día del hombre y sus obras y entremos apresuradamente al día de gozo, paz y eterna reconciliación! (Colosenses 1:19,20) 

 

Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció… Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. Lucas 23:44-46. 

 

Antes de entregar su espíritu al Padre Jesús dictó el fin de la hora de dolor que tuvo inicio con la transgresión de Adán. Por tanto, al pronunciar “consumado es” el Señor estaba anunciando el fin del día sexto y el principio o reencuentro del hombre con el día que no terminó, el día perfecto o día de su eterna bendición. 

 

El día sexto es ahora solo un recuerdo en donde el sufrimiento no fue sino un mal necesario que nos hará agradecer cada vez más la luz “del nuevo día” que ya ha comenzado a brillar.  Ciertamente, la decisión errónea de Adán ocultó por un tiempo la luz de la esperanza que hoy en Cristo ha vuelto a brillar.  

 

El día de la oscuridad ha pasado, y ahora es tiempo de soñar y de proclamar que el tiempo de la restauración y reformación de todas las cosas finalmente nos ha alcanzado. Malaquías 4:2; Isaías 60:20; Efesios 1:9,10; Hechos 3:21; Hebreos 9:10; Colosenses 1:20. 

 

El Sol de justicia nuevamente resplandece abrazando a todo aquél que acepte la divina salvación que en Cristo Jesús aleja la oscura y fría noche para dar paso al resplandor de un prometedor y permanente nuevo amanecer. 

 

Isaías 54. 7Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. 8 escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.  

 

Su misericordia nos abriga nuevamente, y aquel instante de dolor -en que parecía que estábamos solos- se torna en una fuente desbordante de gratitud que responde a cada una de sus grandes misericordias. La derrota ha sido finalmente convertida en victoria, las tinieblas en luz y todo lo escabroso y difícil de la vida en una llanura de gracia y paz.  

 

 

El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable del Señor. Lucas 4:18,19 

 

¡Apresurémonos a su encuentro y sigamos ansiosamente el consejo del escritor a los hebreos quién nos insta a abandonar la ignorancia de la niñez y los rudimentos de la palabra de Dios para encontrarnos con el descanso que produce la fe y la obediencia al dejar el angustioso desierto de la incertidumbre y recibir por la buena palabra y la luz de su Espíritu, el don “y los poderes del siglo venidero,” al que por la fe, y de igual manera que los creyentes hebreos desde ahora podemos gustar! Hebreos 3; 4; 5:12-14; 6:1-5.  

 

Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día… Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo. Hebreos 4: 4,9-11.   

 

  • El día Sexto, día para trabajar “dos veces”. 

 

La escritura muestra que el día sexto fue el día para trabajar dos veces. En este día se debía pensar en lo material y el hombre debía adelantarse a la necesidad al recoger el doble de la cantidad habitual de alimentos de modo que al hacer esto pudiera guardar apropiadamente el día de reposo.  

 

Éxodo 16. 29Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días. Estese, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día. 

Juan 6. 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo 

 

Dios proveyó doble, pensando en el día de su descanso y bendición, y esto a fin de que nadie salga de su presencia y así podamos gozar de la bendición del día que temporalmente no ha llegado, ¡pero que eternamente ha estado aquí!   

 

Ya desde antes del inicio del día séptimo, justo al finalizar el día sexto, se declara que: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.  

 

Y fue la tarde y la mañana el día sexto.” (Génesis 1:31)  

 

Cabe destacar que esta última afirmación fue la que precedió, desató, o dio inicio al día de su infinito reposo y eterna bendición; el día en que finalmente nos reencontramos con el plan perfecto establecido desde el principio de su creación para nuestro bien. Génesis 2:1-3. 

 

Es por esta razón que, en medio del día de la imperfección, de dolor y angustia podemos hoy levantar el estandarte de Jesucristo “nuestro pan para dos días” (San Juan 6:41, 48,58) y así vivir la doble victoria espiritual de la cual nos habla el apóstol San Pablo en su carta a los Romanos.  

 

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? …Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.  Romanos 8:35, 37, 38,39.   

 

Entrando al día Perfecto, el día que nunca terminó. 

Por Milton Alonso Granados  

 










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