El lenguaje de dos Siglos y la Resurrección. Parte N1.
Por Milton Alonso Granados
Ministerio de la Eternidad,
Principio y Fin de los Siglos.
¿Nos resucitó o nos resucitará?
(Nos resucitó. Efesios 2:5, o Nos resucitará. 2 Corintios 4:14).
(Nos resucitó. Efesios 2:5, o Nos resucitará. 2 Corintios 4:14).
Cristo es muy claro, al revelar que todo aquel que voluntariamente
entregue con él su vida en la cruz la salvará, de modo que, sin lugar a duda;
no basta como Pedro con seguir sus pasos muy de cerca, tampoco con lamentarnos
una y otra vez al contemplar los sufrimientos de aquél que como cordero fue
inmolado en la Cruz.
Aunque admirable resulte ser su determinación por conquistar la cima del
temible monte de la calavera, y poner así toda su confianza al pie de su cruz; la
recompensa final no se encuentra ahí, ¡sino al otro lado de la cruz!
La regla es clara, debemos perder nuestra vida con él en la cruz para
poder salvarla.
Sin lugar a duda, hemos sido bastante bien enseñados a seguir sus pasos y
a experimentar sus humillaciones y sufrimientos camino al calvario, pero una
vez ahí; ¡nos hemos quedado paralizados contemplando los clavos en sus manos,
su costado herido y el peso enorme que en su agonía experimentó por los pecados
de toda la humanidad!
Se nos ha enseñado demasiado bien a imitar a Jesús, a obedecer y a perdonar cómo él lo hizo, a tomar su cruz cada día y seguirle. A poner la otra mejilla, a vigilar, a ayunar, a soportar la prueba y la tentación como él lo hizo.
Esta primera etapa de nuestra fe, la conocemos con toda claridad, puesto
que la hemos escuchado una y otra vez desde nuestra niñez; y la seguiremos
escuchando como la base inamovible de nuestra fe y salvación.
Ahora, lo que hasta cierto punto increíble y difícil de comprender; es
como se ha dejado de lado la parte complementaria y quizá más importante de
nuestra fe ¡como si no tuviese importancia alguna!
Es muy poco o nada, lo que el creyente promedio conoce sobre los
múltiples beneficios, las incontables bendiciones, y la cobertura de Salvación
tan grande que obtenemos; cuando por ir más allá del madero, no solamente somos
crucificados y bautizados en su muerte, sino que somos hechos participes ¡de su
poderosa resurrección también!
Al desconocer, o simplemente ignorar estas verdades, nos estamos privando
de todos los beneficios y riquezas que alcanzamos cuando experimentamos el
poder que nos traslada desde su sepultura hasta la gloria y él gozo eterno de
su Trono, en donde ¡hemos sido sentados con Él!
Romanos 6:4; 6:6-8; Colosenses 2:12; 3:1; Efesios 1:19,20.
No hemos aprendido, y se nos hace muy difícil entender que, para ser
verdaderamente salvos, tenemos que haber sido crucificados con Él. Se nos
dificulta aceptar que nuestra crucifixión no es un estado temporal o emocional
sino permanente y eterno.
No estamos seguros o totalmente desconocemos del todo que la crucifixión
no es más que el principio de nuestra victoria y que más allá de la cruz
habremos de ser bautizados en su muerte y por tanto sepultados y resucitados
con él.
La palabra es clara al determinar que sólo aquel que ha muerto, ha sido
justificado de su pecado, razón por la que nos haríamos mucho bien en examinar
nuestra posición espiritual en base a las verdades eternas reveladas en su
palabra.
Solo hasta cuándo entregamos todo lo que quede de nuestra humanidad sin
crucificar al evangelio eterno y a su palabra, podremos recibir la inmensa
confianza y seguridad que se experimenta al estar conscientes de nuestro estado
permanente de justificación, santificación y glorificación.
Solo de este modo usted será capaz de experimentar la gloria, con que se
nos a exaltado en los maravillosos lugares o habitaciones celestiales ¡en las
que hemos sido posicionados desde hoy, ¡y todo esto a través de nuestra muerte,
sepultura y resurrección en Cristo Jesús!
Efesios 2.6y
juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús.
Romanos 8. 30Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.
No podemos pasar por alto que el deseo de nuestro salvador siempre fue: “para que donde yo este, ellos también….
En resumen, ser cristiano o hijo de Dios no es aquel que ha llegado hasta
la cruz, tampoco aquel que -aunque de buen corazón- pretende ganar su salvación
siguiendo los pasos o imitando las obras perfectas llevadas a cabo por Jesús de
Nazareth.
El verdadero creyente no se detiene al pie de la cruz, por el contrario,
es aquél que por haber sido sepultado ha encontrado también con Él su resurrección.
La escritura divina afirma
que aquel que ha muerto en Jesús, también ha participado del bautismo único con
el que hemos sido sepultados, muertos al pecado y resucitados con Cristo en
Dios. Caso contrario, sino hemos participado del bautismo de su muerte, estamos
todavía en pecado, fuera de su gracia y por ende excluidos de su grandiosa
salvación.
Solo aquel que ha
resucitado a esta nueva vida podrá reinar en vida y gozar a plenitud del reino
de los cielos a partir de hoy.
El lenguaje de dos siglos y la resurrección.
¿Nos resucitó o nos
resucitará?
Nos resucitó. Efesios 2:5
Nos resucitará. 2 Corintios
4:14.
Ø El conflicto.
No son pocos los que han
afirmado que la
resurrección ya se ha efectuado, por ejemplo: San Agustín, (uno de los hombres de más
influencia en la historia del cristianismo después del apóstol Pablo)
no solo sostenía que el encadenamiento de Satanás tuvo lugar durante el
ministerio terrenal de nuestro Señor; si no que también aseguró que la primera resurrección se
da al momento del nuevo nacimiento del creyente.
Resulta oportuno señalar que el apóstol Pablo no solo
enseñó y aseguró que la resurrección ya había tomado lugar, sino que con la
misma certeza que lo afirma, también lo rechaza y contradice a la vez.
Extrañamente Pablo, el más serio expositor e impulsor de esta enseñanza o
misterio revelado se levanta con firmeza en contra de quienes fueran sus
discípulos, poniendo en evidencia un muy serio
problema del cuál ni aún en nuestros días hemos podido escapar.
El problema de la media verdad que como un cáncer
espiritual carcome la mente y el corazón del creyente que, aunque sincero en su
ignorancia cae preso en una verdad incompleta que disfrazada en forma de luz
atenta en contra de la pureza de la fe y sus principios eternos. Razón por la
que (al igual que el apóstol) no podemos sino repudiar con toda firmeza los
extremos y las verdades a medias sin importar de donde vengan.
Observe a continuación
este importante pasaje bíblico que por su contenido nos provee de gran luz para
el trato del asunto en cuestión.
Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son
Himeneo y Fileto, que se desviaron de la
verdad, diciendo que la
resurrección ya se efectuó,
y trastornan la fe de
algunos. 2 Timoteo 2:17,18 (Véase
1:20).
A muchos les resultaba
difícil creer en la resurrección física (Cf.1 Co. 15) especialmente a los que
consideraban que toda materia era mala. De modo que interpretaban la
resurrección como una iniciación o un avivamiento espiritual ya experimentado.
. Nuevo
comentario Bíblico. C.B.P. Pg.875.
Como puede ver aquí se trata de un hilo muy delgado, capaz
de inclinar la balanza hacia un lado u otro. Sin duda alguna, Himeneo y Fileto
se encontraron en el camino correcto; pero limitar la resurrección solamente a
su primera fase fue su gran error.
Claramente desconocían o al
menos omitieron presentar la totalidad de la enseñanza paulina en cuanto a la
incorruptibilidad y gloria del cuerpo espiritual en contraposición del
terrenal. 1 Corintios 15: 36-54.
Agregando a este
comentario diré que quienes fueron discípulos del apóstol Pablo, estaban
equivocadamente en la razón o correctamente equivocados. Su posición no estaba
tan alejada de la verdad por lo que era razonablemente incorrecta. ¿Cómo
explicar esto? La razón es simple, y dar respuesta a esto es lo que nos ocupará
a continuación; pero no sin antes dar un vistazo a otro pasaje que nos ubica
dentro del contexto de los hechos que tuvieron lugar.
Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos,
¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? 1 Corintios 15:12.
Los griegos sólo pensaban en la supervivencia
del alma y negaban
cualquier resurrección del cuerpo físico. Por lo tanto, algunos creyentes
corintios afirmaban que el cristianismo enseñaba que los cadáveres eran
resucitados, y que la vida de resurrección era simplemente una prolongación de la
existencia material. (Lucas
9:18,19). Nuevo comentario Bíblico.
Pg.795.
.
En principio pareciera que nos encontramos ante dos posiciones cuando en realidad es una sola que por haber perdido el equilibrio afirmaba que la verdadera resurrección (la espiritual) ya se había dado; Por lo que a su modo de ver no quedaría ninguna otra. No al menos una que saque al resucitado del plano humano. Isaías 26:19.
La posición de Himeneo y
Filetos, no niega la fase visible o segunda mitad de la resurrección, pero sí la cuestiona hasta considerarla una mera prolongación
de la existencia material; por lo que en este sentido afirmaban esto no era una
(verdadera) resurrección.
Mateo
27:52 y se abrieron los sepulcros, y
muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron.
Apocalipsis
20:13 Y el mar entregó los muertos que
había en él.
Isaías
26:19 Tus muertos vivirán; sus
cadáveres resucitarán.
Por esta razón el apóstol Pablo -al igual que en la doctrina de bautismo en aguas y la Cena del Señor- complementa la información hasta entonces dada, dejando este importante punto bastante bien explicado.
1 Corintios 15. 35Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos?… 39No toda carne es la misma
carne... 40Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una
es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. 42Así
también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará
en incorrupción. 44Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo
espiritual.
No deja de resultarme sorprendente como en un tema tan trascendental exista (entre el cristiano promedio) tanto desconocimiento. Tanto que quizá de tener una reunión con Pablo, Himeneo y Fileto, no podríamos más que cerrar nuestra boca (y solamente escuchar), a causa de la ignorancia prevaleciente hasta hoy.
¿Cuál es la enseñanza bíblica acerca de la
resurrección? ¿Qué tanto sabemos o qué tanto desconocemos acerca de este tema?
Dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos
hacia delante a la perfección; no echando otra vez el fundamento ... de la resurrección
de los muertos. Hebreos
6:1,2.
Para poder responder estas
y otras preguntas más, les invito a cruzar el túnel del tiempo, en donde por fe
viajaremos en el espíritu de nuestra mente (Efesios 4:23) hasta alcanzar
adentrarnos en el fluir de la revelación prevaleciente en aquél entonces, de
modo que podamos redescubrir verdades que hoy “en el tiempo de la restauración
de todas las cosas” (Hechos 3:21,24)
no pueden seguir permaneciendo por más tiempo ocultas (al menos para los que no lo sabemos
todo).
Según podemos ver, este es un problema que por
causa de la ignorancia; había pasado de ser sencillo a complicado. Puesto que
la confusión reinante, había logrado trastornar la fe de algunos. Himeneo y
Fileto, no eran ningunos desconocidos para al pueblo de Dios puesto que
formaban parte de él.
Además, las afirmaciones que estos hombres
sostenían formaban parte de una enseñanza que había nacido correctamente (Pablo afirma que en algún lugar del camino “se
desviaron de la verdad”), por lo que contenía argumentos que, aunque de peso, por
estar mal enfocados e incompletos se convirtieron en serios enemigos de la fe
cristiana.
El lenguaje de dos siglos y la resurrección.
Nos resucitó. Efesios 2:5 çè Nos resucitará. 2 Corintios 4:14.
La enseñanza
paulina acerca de la resurrección.
Y él os
dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y ...aun estando nosotros muertos en
pecados, nos dio vida juntamente con Cristo y juntamente con él nos resucitó,
y así mismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Efesios 2:1,5,6.
Continuará….
Por Milton Alonso Granados
Ministerio de la
Eternidad, Principio y Fin de los Siglos.
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