La Sabiduría Oculta. Parte 1
El
lenguaje de dos siglos.
La comunicación, según se ha comprobado ha sido y seguirá
siendo la clave de mayor importancia para el desarrollo humano en todos los
ámbitos de la vida.
Desde los tiempos
más antiguos Dios ha intentado sacar provecho de tan importante herramienta, al
dejarnos por medio de esta conocer su voluntad. Sin embargo, hemos probado no
ser los mejores receptores al no comprender, ignorar o simplemente mal
interpretar su mensaje.
Ya desde los
tiempos del profeta Isaías la queja divina se había hecho notar hacia un pueblo
que a pesar de oír bien no pudo o simplemente no dispuso su corazón a entender (Isaías 6:9), razón por la que Isaías
profetisa que Dios: Una vez más intentará restablecer la comunicación; solo que
en esta ocasión lo hará a través de un nuevo y extraño lenguaje:
è Porque en lengua extraña hablará a este pueblo. Isaías 28:11.
Esta promesa
tiene su manifestación en Pentecostés y llega a su total cumplimiento en el novedoso lenguaje de misterio,
recibido y utilizado en el mensaje entregado por Pablo a las iglesias. El
apóstol con toda convicción y sin asombro alguno afirma que la confusión
reinante dentro del liderazgo religioso de aquel entonces; No es: Sino el
cumplimiento de la profecía divina. Pues está escrito: Destruiré la
sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde
está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo?
¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que, en la sabiduría de
Dios, el mundo no (le) conoció.
.
1 Corintios 1:19-21.
Es importante hacer
notar que el trato divino en adelante seria para con los que sin los
prejuicios que da la ignorancia abrieran sus corazones con inocencia a la
verdad. 1 Corintios 1:19, 26-29.
La revelación.
No es de extrañar que,
para entonces, muchos queriendo tomar liderazgo bajo un pretendido llamado
divino, hicieron circular versiones no autorizadas de los hechos de la vida de Jesús; motivo por el cuál entendemos el porque del rechazo inicial y posterior
cuestionamiento que tuviera las cartas de Juan, Pedro y Judas antes de ser
finalmente aceptadas.
Es importante notar
como la sabiduría Divina se adelanta a estos hechos, y con tal de preservar la pureza del lenguaje; Dios mismo
decide trasladar a Pablo hasta el tercer cielo, en donde le abre las puertas de
su casa y libre de intermediarios le hace entrega directa de un mensaje del
cual se dice no solamente es inspirado, sino que proviene desde la misma “boca
de Dios” (Hechos
22:14; Mateo 4:4; 2 Timoteo 3:16); razón suficiente por lo
que al apóstol se le da el honor de . . aclarar a todos los hombres cuál sea la
dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios. (Efesios 3:9). Vertiendo de este
modo, las riquezas del sacrificio destinado desde antes de la fundación del
mundo por el evangelio de su gracia y llevando así a Su amada hasta el altar
preparado en sus lugares celestiales.
Este hombre, al ser
honrado por Dios; no solo reconoce que la grandeza de tal revelación ha
sobrepasado en gran manera el nivel de conocimiento teológico hasta entonces
manejado; sino que también acepta la imposibilidad de dar una explicación
razonable, convincente y satisfactoria al intelecto en palabras de humana
sabiduría, por lo que ceñido en humildad confiesa:
Conozco a un hombre en
Cristo que hace catorce años . . fue
arrebatado al tercer cielo . . donde
oyó palabras inefables (inexplicables) que no le es dado al hombre *expresar. 2 Corintios 12:2,4.
*
Expresar = Darse a entender por medio de la palabra. Diccionario Enciclopédico Océano Uno
Color pg 663.
Desde este ángulo, sin
ninguna duda podemos afirmar que el apóstol no es más que un testigo y
trasmisor de una sabiduría que al no ser de este siglo y por estar en lenguaje
divino; no le es dado al hombre expresar o revelar.
*. .Lo cual también hablamos no con palabras
enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu,
acomodando lo espiritual a lo espiritual.
1 Corintios 2: 13.
De manera que Pablo
no es el autor (para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría
de los hombres 1
Corintios 2:5), ni quién
dé sentido a este nuevo mensaje; será por tanto un instrumento portador, siendo
el *Espíritu Santo principal protagonista y encargado de alumbrar al espíritu
del hombre en el entendimiento de este novedoso pero extraño lenguaje; Que por
ser divino; no está limitado al conocimiento de este siglo, como tampoco a las
leyes naturales que le rigen a él.
Es evidentemente
claro que a pesar de haber entrado en casa del gran Maestro y haberse sentado a
sus pies (de Jesús); sin
duda que la magnitud de la instrucción divina fue semejante a un terremoto que
sacudió por completo las bases de la excelente preparación de uno de los
hombres más brillantes de todos los tiempos; y no es para menos, puesto que
para hablar de tan trascendente experiencia tendrían que pasar catorce años (Gálatas
2:1), por lo que podemos concluir
que forzosamente debió de transcurrir algún tiempo hasta que el apóstol
terminara de “rumiar” o asimilar un lenguaje con el cuál no estaba
familiarizado. Y que no solamente le era ajeno y desconocido; Sino que también
resultaría opuesto a la gran mayoría de conceptos legalistas provenientes de
una estricta formación farisaica (Filipenses 3:4-10), razón por la que Pablo se reconoce a sí mismo
como uno más de los auxiliados por el Espíritu Santo a la hora de recibir la
comprensión de tan magna revelación.
Hablamos
sabiduría . ., no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo. .más
hablamos la sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta . . pero Dios la reveló (enseño, mostró) a nosotros por su Espíritu.
. 1
Corintios 2:6,7,10.
El lenguaje de dos Siglos.
Sabiduría humana.
Podríamos entonces afirmar que la
sabiduría humana o de este siglo se encuentra en total contraposición a la
sabiduría del siglo venidero o sabiduría divinamente expresada en un misterioso
lenguaje exclusivamente revelado por su Espíritu al hombre.
No podemos pasar
por alto la impresión que tuvo Felipe cuando no pudo comprender una pequeñísima chispa del maravilloso lenguaje
misterioso de la consumación (San Juan 14:8,9; 1 Timoteo 3:16; 2 Corintios 5:19) conque Jesús trató de satisfacer su curiosidad por ver al Padre.
Y es que, aunque entendemos de un
Dios que en su trato con el hombre se ha manifestado en tres diferentes
personas, conocidas hasta hoy como La Trinidad; No obstante, este mismo Dios
desde la eternidad nos ha asegurado repetidamente no ser más que Uno Solo; por lo que dependiendo del
plano o dimensión desde donde usted lo vea así lo entenderá.
Zacarias
11:12,13; Mt 27:9; Isaías 9:6; Isaías 35:4; 43:11.
Este incidente formaría el marco
en el cuál Jesús explicó la conveniencia de su partida, después de la cual el
Espíritu de verdad les recordaría y enseñaría las cosas que ahora no podían
sobrellevar (entender). San Juan 14:26; 16:7,12.
A partir de esta afirmación se
sobreentiende que Jesús se vio obligado a no incursionar más en el lenguaje de
lo eterno; Por lo que a todas luces podemos afirmar que debido a la
dispensación en el que rigió el ministerio de muerte (La ley –> 2 Cts. 3:7) y a la ceguera
generalizada prevaleciente (Romanos 11:32), concluimos que no fue este el tiempo señalado
en la agenda divina para que Jesús hablara con toda claridad este nuevo y
profundo lenguaje, que por su alto contenido divino, habría de ser no solo
aclaratorio y revelador para unos, sino que también resultaría ser extraño,
confuso y hasta blasfemo para otros. En todo caso no podemos olvidar que con su
lenguaje en parábolas lo único que logró fue probar la necedad de un pueblo que,
en la sabiduría hasta entonces revelada, no supo conocer a su Dios. Además, no
debemos olvidar la ocasión en que Jesús fue visitado por uno de los hombres más
célebres y notorios en cuanto a la sabiduría de aquellos tiempos. Hablamos de Nicodemo,
descrito por Juan como: “un principal entre los judíos”. A este hombre Jesús
dice: Si os he dicho cosas terrenales, y no
creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales? San Juan 3:12.
El lenguaje de dos Siglos.
Haciéndonos
ignorantes.
La pregunta
obligada es: ¿Qué tan terrenales o que tan celestiales somos? ¿Estaremos en
ésta; ¿La era de la información y el conocimiento preparados para entender el
lenguaje divino o seremos todavía tan Nico-suficientes como para aferrarnos a
nuestra humana sabiduría? Creo conveniente dar un vistazo al pasado, de modo
que podamos comprender el contexto teológico en que se encontró nuestro Señor
Jesucristo en los días de su carne (Hebreos 5:7) y que muy a menudo se repite en nuestros días cuando,
aunque no lo aceptemos pensamos de nosotros mismos como lo mejor, lo más sabio y nunca como lo necio. ¡Mucho menos lo
más ignorante! 1
Corintios 1:24-30.
En lo personal creo
que el gran problema que como cristianos nos ha impedido comprender este
lenguaje eterno, radica en que: ¡Nos falta ignorancia! O dicho en otras
palabras “no somos lo suficientemente ignorantes” como para barrer de nuestra
mente las ideas preconcebidas que nos impiden ser iluminados por la buena
palabra y así gustar del don celestial. Hebreos 6:4,5; Efesios 1:15-18; 2 Corintios
4:6.
Mucho bien nos
haríamos al meditar con seriedad las palabras dichas por Jesús cuando se
dirigió a los doctores de la sabiduría terrenal; a los sabios de aquél entonces
diciendo: Para juicio he venido yo a
este mundo; para que los que no ven, vean y los que ven, sean cegados. Entonces
algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso
nosotros somos también ciegos? Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no
tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. San Juan 9:39-41.
Dado lo anterior,
pareciera más inteligente situarse entre los ciegos o ignorantes y no con los
que viendo caen enceguecidos por una dañina combinación de tradiciones y
conocimiento. Que a pesar “de ser bíblico”. ¡No deja de ser humano! Por no
tener su sustento en lo alto; carece de toda revelación eterna (la que no es
terrenal, ni de este siglo), por lo que se ocupa solamente
de la vista y lo temporal; Lo que pareciera ser; ¡Pero que no es!
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Para ver conocimiento Vs. Sabiduría divina. N1
Para ver: El Nuevo Pacto y su ministerio del espíritu
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