El espiritu “con gloria” Vs. Ministerio de muerte. N.1
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El ministerio de muerte Vs. El ministerio del espíritu “con gloria”.
2 Corintios 3. 5no que seamos competentes por
nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra
competencia proviene de Dios,6el cual asimismo nos hizo ministros
competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. 7Y si el ministerio de muerte grabado con letras en
piedras fue con gloria 8¿cómo no será más bien con
gloria el ministerio del espíritu?
Nótese que, en el pasaje anterior, no se hace
referencia al Espíritu Santo; sino a nuestro espíritu (el humano). Es solo
hasta cuando el Espíritu Santo alumbra los ojos de nuestro entendimiento que
podremos conocernos a nosotros mismos, y así contemplar con toda claridad
nuestro verdadero ser espiritual. No según la imagen de quién creemos ser, sino
conforme a la imagen real y verdadera que recibimos en Cristo Jesús.
2 Corintios 318Por tanto, nosotros
todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu
del Señor.
Colosenses 3. 9…habiéndoos
despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el
cual conforme a la imagen del que lo creó.
En el ministerio del espíritu, la palabra como espada de dos filos, separa nuestra carne y espiritú, declarando nuestra naturaleza humana y carnal crucificada y sepultada con Cristo nuestro Señor. (Gálatas 5:24; Romanos 6:6-11) Siendo circuncidados de nuestro 1cuerpo pecaminoso y sin haber carne o 2vista de por medio, bajo el ministerio del
espíritu nos reencontramos con nosotros mismos y con nuestro Dios. El
ministerio del espíritu restaura 3la imagen divina que perdimos a causa del
pecado y nos ayuda a alcanzar nuestro verdadero potencial haciéndonos conocer 4todo el bien que por Dios existe en nuestro
ser interior.
Todo aquel que no ha reconocido el ministerio de
espíritu se encuentra 5bajo el régimen viejo de la letra, y por no
haber conocido el régimen nuevo del Espíritu se encuentra en la carne y por
tanto en pecado. El ministerio del espíritu por descansar sobre la base de la
justificación nos libera del 7ministerio de muerte y condenación impuesto
sobre 8la carne y el
pecado.
Solamente quien 9ha muerto al pecado, podrá mediante una
conciencia limpia ser espiritual. Solamente aquel que ha renovado el espíritu
de su mente bajo este ministerio podrá comprender que nuestro destino siempre
ha sido 9ser UNO con el Hijo
de Dios.
Nuestra gloria radica en que, así como el Padre y el
Hijo son uno; ¡nosotros somos uno con El! Así pues, bajo el ministerio del espíritu
se nos presenta no solo 10muertos y sepultados, sino que también
resucitados y reinando con El; de manera que, donde él esta; ¡nosotros también
estamos! El ha sido hecho rey y sacerdote ¡nosotros también! No solo tenemos 11su imagen; también tenemos 12su espíritu. Al ser 13uno con él poseemos 14su mente, 15sus vestidos, ¡16su olor! 17La iglesia y el creyente es Cristo en la
tierra, y al ser nosotros su cuerpo “todo ha sido sujeto bajo nuestros pies” (Efesios 1:22,23); se nos ha dado 18su justicia, su fe y autoridad. Y esto es
solo parte; puesto que faltaría mucho espacio y muchas palabras para poder
describir toda la gloria, -que una vez restaurado el lugar santísimo de nuestro
ser interior- podremos contemplar.
Entonces seremos capaces de abandonar 19el espejo oscuro que todavía “que por un
tiempo corto" utilizó el apóstol Pablo (I Corintios 13:22) para luego encontrarnos con el 20espejo (iluminado por la revelación y
sabiduría divina) (2
Corintios 3:18), en que podemos
ser transformados a su misma imagen, y finalmente conocer como fuimos
conocidos.
Solo cuando hemos
contemplado su gloria cara a cara, podremos entender que somos un reflejo de
El; dicho en otras palabras: En cada creyente “hay un Dios y un dios” –pues
somos sus hijos y hemos sido hecho participes de su divina naturaleza (I
Corintios 6:17)- A
esto se refirió Jesús cuando afirmó que “fue el mismo Padre quien 21llamó dioses a aquellos que recibieron la
palabra”. Con respecto a este mismo tema, se nos dice en Salmos que Dios está presente
en la reunión (culto) de los dioses y que en medio de ellos juzga.
Jesús terminó su razonamiento sobre el tema diciendo: “y la Escritura no puede ser quebrantada;” de modo que, no reconocer nuestra naturaleza divina
sería quebrantar su Palabra.
Moisés al ejercer su autoridad dada por Dios, "fue Dios para Aarón," pues el Señor declaró a Moisés su representante a causa de su habla limitada: “22él (Aarón) te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
Moisés al ejercer su autoridad dada por Dios, "fue Dios para Aarón," pues el Señor declaró a Moisés su representante a causa de su habla limitada: “22él (Aarón) te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
En los tiempos de oscuridad que nos ha tocado
enfrentar, debemos darnos cuenta que así como Moisés era Dios ante Aarón, así nosotros somos Dios ante las tinieblas, ante el fracazo, ante todo aquello que quiera robar la paz y bendición nuestra y de nuestros seres amado. Solo un hijo consciente de su posición celestial y la gloria con que
hemos sido 22glorificados
será capaz de atravesar el mar de la vida en completa victoria y bendición.
2 Corintios 3: 8¿cómo no
será más bien con gloria el
ministerio del espíritu? 9Porque si el ministerio de condenación fue con gloria,
mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. 10Porque
aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la
gloria más eminente. 11Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
El ministerio del espíritu no es otro más que el
ministerio de justificación, el cuál según el apóstol, “es glorioso y permanente.”
Solo hasta cuando por el Espíritu encontramos
nuestra verdadera identidad, podremos verdaderamente dejar un verdadero legado
o herencia a nuestros hijos y seres amados. ¡Y pienso que no debería ser
necesario recordar que los días se acortan y es tiempo de actuar para la gloria
de nuestro amado Dios!
1Colosenses 2:11. 22 Corintios 5:7. 3Génesis 1:27. 4Filemón 1:6. 5Romanos 7:4-6. 6Romanos 6:2,6,7,10,11,17. 72 Corintios 3:6-11. 8Gálatas 5:17,18; I Timoteo
1:9; Romanos 7:4; 4:15; 5:13; 7:8. 9San Juan 17:21,22. 10Romanos 6:6,7; Efesios 2:6;
Apocalipsis 1:6. 11Romanos 8:29. 12Romanos 8:9. 13I Corintios 6:17. 14I Corintios 2:16. 15Romanos 13:14. 162 Corintios. 2:14. 17San Juan 14:3.182 Corintios 5:21; Gálatas
2:20; Efesios 1:22,23. 19I Corintios 13:12. 202 Corintios 3:18. 21San Juan 10:34,35; Salmos
82:6,1. 22 Éxodo 4:16. 23 Hebreos 1:8. 22Romanos 8:30; I Corintios
2:7
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