Las Dos Dimensiones.
Por. Milton Alonso Granados.
Ministerio del Evangelio Eterno de los Siglos. Ap. 14.6
Ø
Las dos dimensiones. (Caminando sobre la tierra
mientras vivimos en el Cielo).
Ø El vestuario o cargador mágico).
Existen momentos en nuestra vida
en los que desearíamos ser capaces de alcanzar metas, conquistar montañas,
lograr cosas extraordinarias, y ser el orgullo de nuestros seres amados.
Existen también aquellos momentos, en los que, abrumados por los afanes de esta
vida, deseamos poder desconectarnos de nuestras realidades, y hasta desaparecer
-aunque sea por un corto tiempo- de la faz de esta tierra.
Lo interesante sobre esto, es que,
aunque nos parezca imposible de hacer, ¡Dios lo hace 100% posible!
Imagínese que tuviéramos a
nuestra disposición un cambia ropas; uno en donde usted pudiera quitarse el
traje de cansancio, frustración y todo aquello que no le hace verse y sentirse
bien.
Ahora, usted podrá vestirse de
positivismo y ser la persona exitosa que siempre exitosa que siempre ha querido
ser. Para lograr esto debemos en primer lugar estar claros de nuestra
naturaleza carnal y humana, a la cual la escritura llama “1barro o 2cuerpo de humillación nuestra,” y esto debido a que no siempre somos
capaces de proyectar o alcanzar nuestro mayor nivel debido a nuestra limitación
humana, razón por la que nuestra imagen no siempre representa o refleja aquello
por lo que tanto luchamos.
Muchas veces hemos querido lograr
un objetivo, pero por no enfocar bien nuestro esfuerzo, el resultado ha sido
totalmente contrario al que esperábamos. Otras veces, al no ser capaces de
expresar nuestras ideas de forma clara, se nos ha entendido lo opuesto a lo que
quisimos decir.
En resumen, sabemos que tenemos el potencial para lograr
nuestras metas, pero en el camino por una u otra razón se nos niegan los
resultados de aquello por lo que hemos estado trabajando. Es aquí, cuando
necesitamos ser capaces de transformar todo aquello que hasta el momento ha
sido imposible conquistar.
La palabra bíblica nos enseña que Dios 3transforma las tinieblas en luz, y aquello que es
escabroso en llanura, de modo que no importa cuán oscuras las circunstancias
puedan ser, o cuán difícil y torcido pareciera ser nuestro caminar; de seguro
que él puede transformar toda adversidad en este momento, ¡y tornarla a nuestro
favor!
Isaías 42. 16…delante de
ellos cambiaré las tinieblas en luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les
haré, y no los desampararé.
Recuerdo que de niño escuche una predicación
llamada “el lugar secreto de Dios” y puesto que en aquellos tiempos los niños teníamos
lo que le llamamos “escondites,” estos eran lugares selectos en donde permanecíamos
en absoluto silencio, escapando así de aquellos que nos buscaban, de modo que
el próximo día podríamos contar a todos que habíamos ganado, que “no nos
pudieron encontrar.”
La escritura nos enseña de dos
siglos o estados opuestos; uno llamado siglo nuevo o reino de su hijo amado, y también
nos habla del siglo malo, el cual se encuentra bajo el dominio del mal.
Si vivimos en la fe de Jesús, y
si usamos nuestros ojos espirituales o naturales, determinará el siglo que
vivimos. Los creyentes a los que se refiere el escritor a los hebreos nos enseña
que algunos fueron iluminados y gustaron del don celestial, y participaron también
del Espíritu, la buena palabra, “y los poderes del siglo venidero” De modo que
podemos tomar provisiones que se nos da por la fe desde el siglo venidero o también
llamado “4fines de los
siglos”
Hebreos 6. 4Porque es imposible que los
que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos
partícipes del Espíritu Santo, 5y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los
poderes del siglo venidero
Lo interesante aquí, es que el
creyente puede tener sus pies en el suelo, cuando todo su ser se puede
encontrar de viaje en el espíritu hasta el mismo cielo, en donde la biblia nos
asegura hemos sido sentados en habitaciones celestiales con Cristo Jesus.
E Efesios 2. 5aun estando
nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente
con Cristo (por gracia sois salvos), 6y juntamente con él nos
resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares
celestiales con Cristo Jesús
Cuando nuestro señor Jesus fue
preguntado por Nicodemo; Jesus hablando de él mismo dijo: “Nadie subió al
cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.”
Jesús afirma que el que subió al cielo, también descendió del él, y aclara
que se refiere a él mismo “el hijo del hombre” ahora lo interesante está en la
forma en que termina su afirmación “el Hijo del Hombre, que está en el cielo” Pero el
hijo del hombre estaba en la tierra hablando con Nicodemo en ese preciso
momento. ¿O, estaba en el cielo? ¿Será que, aunque su cuerpo se encontraba en Jerusalén,
su mente estaba en unión con el Padre en ese preciso momento, y por tanto en el
cielo?
San Juan 3. 12Si os he dicho
cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?
13Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre,
que está en el cielo.
Ahora, no olvidemos que
esta habilidad extraordinaria, esa gloria de poder estar en dos lugares a la
vez no es exclusiva de Jesús, ¡puesto que el la transfirió a nosotros también!
Juan 17. 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí,
y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros… 22La gloria que me diste, yo les he dado,
para que sean uno, así como nosotros somos uno.
El Salmista David fue quien
primeramente menciono es lugar secreto de Dios, aquel lugar en donde podría refugiarse
hasta que el día malo se hubiese ido, un lugar para fortalecerse, para aprender
y sobre todo para ser exaltado ¡sobre todo aquello que busque mi destrucción!
Cuando en medio de lo más difícil de mi diario batallar, ¡cuando pensamos no
poder seguir un día más! Cuando abrimos esa puerta divina por la fe todo
cambia. Aquel que era débil, ahora es fuerte. Aquel que estaba temeroso, ahora
está seguro de sí mismo, y deseoso de conquistar aquello que antes debilitaba
mi corazón y turbaba mi mente.
Salmos 27 3Aunque
un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante
guerra, Yo estaré confiado. 4Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que
esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la
hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. 5Porque él me esconderá en
su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca
me pondrá en alto. 6Luego
levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y
entonaré alabanzas a Jehová.
Confianza, que él enderezara
los caminos torcidos, (aquellos pasos que antes de acercarnos a nuestra meta
nos alejaron de ella) Descansa en sus brazos y no sobre tu propio
razonamiento; mantente mirándolo en todos los caminos que hay enfrente de ti, y
él te guiara; Tal cuál Abraham ¡al éxito de tus metas!
Proverbios 3.
5Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6Reconócelo en todos tus caminos, Y
él enderezará tus veredas.
Proverbios 16. 9El corazón del hombre piensa su
camino; Mas Jehová endereza sus pasos.
Isaías 45. 2Yo iré delante de ti, y
enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro
haré pedazos; 3y te daré los tesoros
escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. 4Por
amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.
5Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste.
Salmos 23.1Jehová es mi
pastor; nada me faltará. 2En lugares de delicados pastos me hará
descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3Confortará mi alma; Me guiará por
sendas de justicia por amor de su nombre. 4Aunque ande en valle de
sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.
Isaías 35. 8Y habrá allí calzada y camino, y será
llamado Camino de Santidad; no pasará
inmundo por él, sino que él mismo
estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará.
Salmos 48. 14Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para
siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte.
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